¿Quién no ha tenido la fantasía de tener sexo en la bañera, en la ducha, en una piscina, en un jacuzzi o en el mar? Yo diría que la gran mayoría de los mortales.
Ahora bien, ¿qué es lo que hay que tener en cuenta a la hora de practicar sexo en el agua?
Hay algunas recomendaciones que son generales. Por ejemplo, el tema de la anticoncepción es igual para todas ellas. Lo mejor en estos casos es estar usando un anticonceptivo hormonal, evidentemente. ¿Pero y sí usamos un anticonceptivo de barrera como el condón? En este caso, además de andar más al loro con él, se ha de colocar con el pene en erección fuera del agua, y después será cuando nos introduzcamos en ella.
Otra recomendación general es la de usar lubricante, porque el agua se lleva toda la lubricación natural. Pero ojo, no nos sirve cualquier lubricante. Lo mejor es utilizar uno a base de silicona, que perduran en el agua y además son compatibles con los condones (podéis leer más aquí).
Ahora bien, dependiendo del medio en el que nos sumerjamos, habrá diferentes factores como el jabón, el cloro o la sal que pueden producirnos algún que otro percance.
A decir verdad, lo más práctico me parece una bañera, una ducha o un jacuzzi (sin jabones y/o productos cosméticos, sólo con agua). ¡Aunque mucho cuidado con los resbalones!
Una última recomendación: si hemos tenido la sensación de que se haya metido agua en la vagina durante la penetración, podemos usar una pera (como las que se utilizan para el oído) con suero fisiológico, para hacer una pequeña limpieza y restaurar la isotonicidad (con lo que en personas sensibles disminuiremos el riesgo de irritación). Pero ojo, tampoco se debe abusar de este tipo de lavados.
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